El hombre burbuja II

El homo laptus, una crítica al hombre moderno

Para no dejarlos con la intriga por mucho tiempo decidí publicar la segunda parte de El Hombre Burbuja. Lo que trate de hacer en el posteo pasado fue una introducción histórica de las diferentes revoluciones comunicacionales y como estas afectaron a las sociedades, como el hombre evoluciono del Homo Sapiens hasta el Homo Laptus. Cada avance acorto las distancias y derribó barreras, este proceso generalmente te conoce como Globalización.

La Globalización en sí representa una fusión cultural a nivel global. Desde luego esto tiene sus Pros y sus Contras. Se lo puede tomar como una unión y una toma de conciencia de raza, somos todos humanos, por lo tanto somos todos iguales y por lo tanto la cultura no debería separarnos sino que debería unirnos. Pero también se lo puede tomar como una imposición cultural de las naciones centrales eliminando las identidades regionales adaptándolas para su propio beneficio. Pero eso es una cuestión ideológica en la cual todos tienen razón y se equivocan al mismo tiempo, hay cientos de congresos todos los días que tratan este tema y no pueden ponerse de acuerdo menos lo voy a poder hacer yo en este pequeño blog.

Voy a robar el termino de la Globalización y lo voy a transformar en la Burbujarización del planeta. Habíamos quedado en que el mundo había mutado de una gran burbuja de gas a varias burbujas de roca y para después terminar siendo una pequeña burbuja transparente rellena de pequeñas burbujitas de concreto. Sobre esto voy a trabajar hoy, esas pequeñas burbujitas de concreto son las casas. Casas habitas por familias y familias formadas por personas, por individuos.

Los avances en materia de tecnología comunicacional a partir de la segunda guerra mundial dejaron de centrarse en la idea de comunicar ciudades para centrarse en comunicar casas. Telefonía, radios, televisores, ya no hacia falta salir de la casa para enterarse de lo que pasaba, ahora prendías el televisor o llamabas a tu familia en otro país y tenías la información disponible.

Se crearon las nuevas burbujitas, pero a pesar de estar comunicadas todo el tiempo, todavía existía la privacidad. Nadie que fuera extraño a tu circulo podía saber que pasaba dentro de tu casa a menos que vos lo quisieras. A pesar de que el mundo se estaba globalizando las familias se estaban aislando, se estaban Burbujarizando. Debido a esta paradoja no acepto el termino de Globalización.

La producción masiva de tecnologías y el constante mejoramiento de estas produjo un abaratamiento de costos que permitía que cada vez más familias tuvieran acceso a ellas. Dejaron de ser un lujo para convertirse en algo más necesario para el desarrollo de la vida domestica. De ahora en adelante solamente nos vamos a referir única y exclusivamente a la gente que tiene acceso a las tecnologías (clases medias y altas) ya que estas son las que más sufren la burbujarización.

El hogar tipo de clase para mediados de los ’90 media cuenta con una línea telefónica, un reproductor de música y una televisión como mínimo. Cosa que décadas atrás estaba reservado para las clases altas, las cuales para esta época contaban con computadoras y telefonía móvil. Hoy en día la mayoría de los hogares cuentan mínimamente con una computadora y un celular por persona. Esto demuestra la masividad de las comunicaciones y la necesidad de mantenerse comunicados con el exterior.

Al tener tanta comunicación se podría pensar que hay una necesidad de libertad y de contacto permanente con otras personas, con el exterior. Por ejemplo la idea de tener un celular por miembro familiar en teoría es poder ubicar a cada uno en cualquier momento, mantener un contacto tácito permanente. Lo curioso que la familia tipo ya no es tan unida, cada uno tiene su habitación, cada vez se tienen menos hijos, se come en horas diferentes, cada uno ve sus programas de televisión favoritos en sus propios televisores, etc. La familia que antes vivía dentro de la burbuja de concreto paso a burbujarizarse, ahora cada casa estaba por varias burbujas, que varían según la cantidad de miembros. Esto pasa cada vez más en las familias jóvenes, las cuales crecieron después de la última revolución comunicacional que trajo la Internet en la década del ‘70. En cambio las generaciones más viejas y resistentes al cambio todavía mantienen esa idea de la familia unida y se esfuerzan por lograr las grandes reuniones tradicionales, pero cada vez son menos frecuentes.

Ya estamos en la última etapa de burbujarización de la sociedad, la cual ya no involucra países, ciudades, ni familias, esta involucra a las personas. El hombre se ha aislado de la familia, ya no comparte el teléfono con su familia, sino que tiene un celular propio, ya no tiene que escuchar la radio o la música de su agrado en el reproductor de la casa, tiene su reproductor personal, ya no necesita ver programas que no soporta ya que tiene su propio televisor, ya no necesita esperar que le llegue el diario con las noticias, las tiene en vivo por internet, y ni siquiera tiene que usar la computadora del ciber o de la casa ya que tiene su propia computadora portátil.

El hombre se ha convertido en una burbuja receptora de información se ha fusionado con el mundo, se ha globalizado. O por lo menos eso hizo en apariencia. Si uno se pone a observar bien a la gente por la calle, ya nadie mira a su alrededor, están todos metidos en sus burbujas, hablando con gente en otro lado, ensimismados con su música, pensando en nada. Dejo de ser parte de la gran burbuja mundial para ser únicamente su burbuja a la cual nadie puede entrar. Por lo menos así hasta la introducción de las famosas redes sociales, las cuales eliminaron casi por completo la necesidad de mantener contacto físico con el exterior.

Ahora hay salas de “chat” que reemplazan a los bares y boliches, uno puede juntarse ahí a intercambiar ideas, historias, conocer gente y todo desde la comodidad de su casa. No hace falta ir a la oficina, ya que por medio del “teletrabajo” uno puede trabajar desde la laptop en el jardín sin compañeros molestos, para leer un libro lo “googleas” en vez de ir a buscarlo a la biblioteca, se puede descargar películas antes de que salgan en el cine, mostrar fotos sin tener que imprimirlas. Ahora todo se puede hacer con un click, todo desde la comodidad de su burbuja. Y lo mejor de todo es que ya no es necesario actuar de una manera en especial para que lo acepten, ni siquiera hace falta mostrarse como uno realmente es.

El mundo virtual permite crear la vida que uno siempre quiso tener pero que nunca pudo conseguir, la mentira y la exageración están permitidas en internet, total nadie puede averiguar la verdad, ya que la burbuja es demasiado sólida para ser penetrada. Hasta existen mundos virtuales donde uno a través de un avatar (personaje virtual) puede tener una segunda vida, trabajar, casarse, tener superpoderes y vivir aventuras que antes solo pasaban en las películas. Esta alienación que sufre el ser humano es tan grande que la persona real puede llegar a dejar de existir si no se establecen bien los limites, la vida virtual puede apoderarse de la real. Y si esto sucede, esa burbuja sólida e impenetrable se convierte en una simple burbuja de jabón, transparente y frágil.

Esto se puede ver bien en el fenómeno “flogger”. Los chicos ya no son personas, sino fotos en internet, ya no los llaman por el nombre que figura en su DNI sino por el nombre de su Fotolog, no tienen amigos sino seguidores. Se compenetran tanto con estos perfiles que pierden su identidad, se convierten en una masa maleable que se mueve con los ritmos de una moda. No tienen vida, tienen una página de internet.

Esta burbuja virtual es tan frágil y tan masiva, que el día que colapse o desaparezca internet todo el mundo moderno se va a venir abajo, los sistemas financieros, las amistades, las vidas virtuales, todo desaparecía. Quizás hasta habría un retroceso hasta una nueva edad media. El mundo se ha vuelto completamente dependiente de la tecnología de las comunicaciones. Ha logrado dividirse en dos, la bola de roca y la gran burbuja virtual, invisible, poderosa, frágil. Y el hombre ha hecho lo mismo, por un lado una masa de carne y por el otro un ser superior capaz de lograr lo que quiera mientras tenga el software que se lo permita. Será cuestión de tiempo que una aguja mal intencionada explote todo y la realidad nos golpee en la cara, una vez más.

Los avances tecnológicos han traído una increíble cantidad de mejoras a la calidad de vida humana, pero también ha generado una gran dependencia; ha fortalecido a la raza, pero también la ha vulnerado mucho; ha llevado al humano más lejos de lo que muchos han imaginado, pero lo ha aislado mucho más. La pregunta que me sale de todo esto es, ¿qué pasará cuando la burbuja se pinche?


3 comentarios:

  1. Muy buena nota Dr. Joelitto! Muy profunda che. Lamentable realidad, pero igualmente es importante ser consciente de eso.
    Te mando un grana abrazo.
    Facu de www.patriasi.blogspot.com

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  2. Parece que lo escribi yo esto jajaja... La verdad es lo que siempre resalto en mi blog... todo muy lindo.. pero la sobrecomunicacion, incomunica... hay tanta oferta que uno no se puede centrar en tomar una enserio... Trabajo en tecnologia hace mas de 10 años y llegue a la conclusion que se perdio la esencia...
    Para uqe te des una idea, me arme un arcade en casa con los juegos clasicos, con la mistica de pararme, colocar una moneda, jugar, dsfrutar, compartir con otros de 30 como yo.... Teniendo acceso a las mas altas tecnologias, me quedo con lo que me hacia feliz de chico, esa mistica de lograr algo pero disfrutando el camino...

    Espero no haberme extendido mucho. salu2

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  3. Debo admitir que leí por partes, no todo (ya me estoy yendo a acostar y me desperté temprano che, más no pidas). Mañana voy a leerlo todo bien bien, me interesó mucho esto que escribis. Muchas veces me pregunto lo mismo que vos. "¿qué pasará cuando la burbuja se pinche?"-
    Hace unos meses estuve semanas sin internet, sin teléfono y sin celular. Hasta sin cable también (el por qué es largo de explicar). Pero ahí me di cuenta que realmente puedo hacer cosas productivas. Leí cosas que tenía ahí archivadas que nunca había leído y dibujé/pinté cuando hace mucho no lo hacía. También me di cuenta que muchas veces quedaba aislada de las salidas que organizaban mis amigos, ya que solo lo hacen por facebook ahora o por mensaje de texto. Realmente... ¿qué pasaría si dejasen de existir todos esos artefactos que nos "comunican"?

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