Civilización y Barbarie

He vuelto a los ruedos, tenia ganas de escribir esto hace un par de semanas, pero por motivos varios no pude. Hoy les traigo la primer parte de todo el artículo, esta vez decidí volver al viejo formato en donde publicaba todo el texto en varias partes así resultaba mas llevadera la lectura. Lo que van a leer es una critica social, no una verdad absoluta, ni un canto libertario, es mi forma de ver las cosas, como siempre les digo, si quieren tomenlo, y si no, mala suerte.

Introduccion

Debo reconocer que estoy un poco enojado, pero más que enojado, decepcionado de mucha gente que creía que tenía la cabeza un poquito más abierta, y es por eso que decidí escribir este artículo en parte a modo de descarga, en parte a modo de “mataburros”. En anteriores oportunidades escribí sobre el problema que representa la pobreza en argentina en la nota “La puta que los Carrió” y de cómo funciona la distribución de la riqueza a través de los planes sociales en “Tengo un Plan”, pero al parecer no es suficiente el explicar cómo se generó la pobreza y que es lo que se está haciendo para reducirla. Quizá sobreestimé a la clase Media Argentina. Últimamente estoy notando conductas típicas de la clase alta, que como todos sabemos siempre fue snobista y clasista, entre personas que no pertenecen a este estrato social. El gran logro de los poderes económicos y políticos golpistas argentinos no fue llenarse de guita los bolsillos, no fue conseguir poder, sino fue hacer que la clase media pierda su conciencia de clase y dejar a las clases bajas sin espíritu de lucha, en otras palabras, hicieron que los pobres se resignaran a ser pobres e ilusionaron a las “familias tipo” con la idea de que podrían pertenecer al elevado circulo que toma café en las cañitas, siempre y cuando dejen de lado a los “negros”.

“Tilingos” diría el gran maestro Arturo Jauretche, y ya que estamos, si se me permite, voy a evocarlo en este texto. Don Arturo ya había notado este fenómeno racista y clasista infundado y logro identificarlo en la Zoncera Madre (Manual de Zonceras Argentinas, 1968), “Civilización y Barbarie”. Para aquellos que no tuvieron el placer de leer esta obra, les explico un poco. Una Zoncera es una falacia, una mentira, un engaño, es un pensamiento “popular” generado por vaya saber quién (o en algunos casos sabemos quienes, el poder establecido) que parece lógico, que parece cierto, pero que en realidad no lo es. Una Zoncera es lo que nos hicieron creer durante años, que repetimos sin pensar y que tomamos por cierto, pero en el momento que nos podemos a reflexionar unos minutos, a revisar la historia, a ver la realidad nos damos cuenta que compramos un buzón, que somos unos zonzos repitiendo zonceras.

La Madre que las parió a todas es la de “Civilización y Barbarie”, la cual toma su nombre de una de las obras de Domingo Faustino Sarmiento, si, el supuesto Padre del Aula, el alumno perfecto, un gran prócer argentino, otra gran zoncera, la historia oficial, pero no será analizada en esta ocasión ya que no viene al caso, pero en algún momento, en otro artículo lo haré. Desentrañando esta zoncera Don Arturo muestra como se le hizo creer al pueblo argentino, especialmente al porteño, que el país está dividido en dos “especies”, los civilizados representantes de la cultura europea y los barbaros representantes de los incultos autóctonos. Esta división únicamente responde a una cuestión ideológica y racial. Los negros, los mulatos, los mestizos, los aborígenes, los gauchos, no son más que mulas de trabajo, no piensan, no sienten, no producen arte, no tienen habilidad para los negocios; son los europeos, blancos, burgueses, católicos educados aquellos que tienen la llave del progreso, ¡bah! Ellos tienen el capital, ellos tienen la plata, ellos deciden.

Esto de que lo Europeo es bueno y lo propio es malo, es una herencia colonialista española, los blancos siempre gobernaron estas tierras, hubo poco mestizaje en comparación con el resto de América Latina, el mestizaje era algo MUY mal visto, había que mantener pura la raza. Se construyo una Nueva Europa con sede en Buenos Aires, si prestan atención, no hay mucha diferencia entre las ciudades europeas y la capital de nuestro país. Hasta en la Constitución se impulsaba a traer europeos para poblar el país (Art. 25.- El Gobierno federal fomentará la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias, e introducir y enseñar las ciencias y las artes.) y no se hacía esto porque faltara gente para trabajar o para poblar, sino porque lo que se quería eran blancos europeos, (lo repito hasta el hartazgo para que vean donde está el origen de la discriminación) tranquilamente podrían haber promovido las migraciones internas dentro de Latinoamérica, hasta hubiese sido más barato y rápido, pero no, el racismo puede más.

Resumiendo un poco, y para ir cerrando esta introducción, Argentina es un país que quiso ser la Europa del Atlántico Sur, tenemos un idioma europeo, arquitectura europea, religión europea, educación europea, pero no somos Europa, nunca vamos a ser Europa y Europa nunca nos va a aceptar como Europeos. ¡Somos Latinoamericanos! Deberíamos estar honrados de eso, somos de una tierra rica en culturas, en ciencias, en sabores, en aromas, en gentes, en historias, en filosofías. No tenemos que ser un país que quiere imitar a Europa, hay que darse cuenta que Europa debería imitarnos a nosotros.

Acá es cuando empieza la zoncera a la que quiero dedicarme, seguramente muchos de los que leen esto (aunque se que mis lectores “fieles” no piensan así, pero se lo harán leer a otros que sí) estarán diciendo con el ceño fruncido “¿Por qué Europa querría ser un montón de mierda llena de negros vividores que no quieren trabajar?”. Esa visión utópica que tiene el porteño tilingo de la Uropa, que es la panacea donde todos son cordiales, educados, trabajadores, sanos y con un buen pasar. Nada más alejado de la realidad, solo hace falta ver las noticias para ver como es la situación actual. Para hacer un poco de historia, la crisis del ’30 sumió a los países europeos en una pobreza muy pocas veces vista, la gente comía ratas para sobrevivir, el dinero no valía ni el papel donde se imprimía, eso genero movimientos nacionalistas (nazismo y fascismo) que comenzaron guerras que destruyeron el continente, ahora, no solo había pobreza, sino que faltaban hombres que trabajen y techos donde vivir, pero ayuda del Tio Sam mediante, pudieron resurgir en un veranito económico, que duro hasta estos tiempos. Lo que no se contó es que todo era un castillo de cartas el cual se iba a desmoronar con el primer vientito que pasara por ahí, y se desmoronó. Gracias a las especulaciones financieras, fondos buitres (y un golpe económico hacia el Euro por parte de la Reserva Federal Norteamericana), son muy pocos los países que no se ven al borde del default con millones de desempleados, todos los días la gente es desalojada de sus casas, otra vez hay movimientos nacionalistas levantándose en contra de inmigrantes, y otra vez hay nativos escapando a hacerse la América porque no hay futuro en su tierra natal. ¿De verdad queremos esto?, ¿De verdad queremos una identidad prestada que nos lleve a repetidas crisis y malestares?, ¿No será mejor amigarnos con nuestra gente, con la cultura originaria? No voy a expandirme en esto, porque ya hable en un posteo pasado sobre lo que es el ser nacional y porque deberíamos amigarnos con él en la nota “El Ser Nacional”.

Hasta aquí la primer parte, espero que les haga reflexionar un poco, así en la segunda van a poder estar un poco más avispados para poder sacar sus propias conclusiones.



Les he dicho todo esto

pero pienso que pa’ nada

porque a la gente azonzada

no la curan con consejos

cuando se muere el zonzo viejo

Queda la zonza preñada


Arturo Jauretche

Con la democracia se come, con la democracia se educa, con la democracia se cura

Mucho tiempo paso desde la última vez que me puse a escribir algo para el blog, no se que será, son épocas que tengo inspiración y otras en que no tengo nada. Por suerte en estos últimos días apareció gente que me motivo a volver a escribir, algunos haciendo referencia a textos anteriores y otros que no tienen la más mínima idea de que me están inspirando para escribir. Para no desacostumbrarlos hoy les tengo un texto que tenia la intención de ser corto, pero termino siendo largo, tómense su tiempo, léanlo con cuidado, y después, si es que así lo desean dejen su opinión, espero que lo disfruten.

Que buen momento para ser joven en Argentina, a pesar de que muchos dirán lo contrario, es así. Vivimos en una época que nunca creí ver, vivimos en una época donde uno puede levantar su voz y gritarle al mundo lo que opina de él. Se terminó el “no te metas” aunque sigan habiendo partidarios del “algo habrán hecho”, pero eso también es lindo, porque significa que tenemos algo por qué luchar, algo por qué morir. ¡Qué aburrida sería la vida sin ideales, sin metas, sin la rebeldía de la juventud!, como decía el Che, “Recuerden que el eslabón más alto del ser humano es el ser Revolucionario”, el deseo de cambiar al mundo, es lo que nos mantiene jóvenes, solamente dejamos de serlo cuando es el mundo el que nos cambia a nosotros.

Me pone extremadamente feliz poder ver manifestaciones de todo tipo en las calles, aunque sea paradójico es así, con esto quiero decir que me pone triste ver manifestaciones de gente que no le queda otra que salir de esa forma para reclamar sus derechos, pero al mismo tiempo me pone contento que puedan hacerlo, que puedan salir y hacerse escuchar, también me pone contento ver las manifestaciones en apoyo a causas nobles, ya sea para recuperar la memoria, para celebrar la recuperación de un derecho o simplemente para festejar un campeonato, no importa, lo importante es que recuperamos las calles.


Mi infancia la pase durante los ’90, es cierto que no viví la Dictadura, es cierto que no sé lo que es tener miedo de salir y expresarme sin saber si iba a poder volver. Pero durante los ’90 vi algo casi tan terrible, la apatía de un pueblo egoísta. Los ’90 son el trofeo de la dictadura, gente egoísta que no se moviliza, que no le importa nadie más que ellos mismos. Un pueblo indiferente al padecimiento ajeno, gente que mientras no le tocaran el culo no iban a moverse, gente que creía que estaba todo bien, gente que no se daba cuenta que se estaban vendiendo sus pies para comprarse zapatillas.

Lamentablemente todavía hay gente que no entiende lo que significaron los últimos 40 años del siglo XX para la Argentina, que siguen pensando que es mejor “no meterse”. Son aquellos que se enojan porque van a llegar 30 minutos tarde al trabajo por gente que no puede trabajar. Y lo que no entienden es que van a llegar a tarde no porque esta gente no quiere trabajar, sino porque están pagando las consecuencias de haber sido indiferentes durante tantos años. Y justamente de esto es lo que quiero hablar, de cómo nos mintieron durante tanto tiempo con la democracia, como nos mintieron al decirnos que democracia es votar cada 2 años, que el pueblo no gobierna ni delibera sino a través de sus representantes, sé que esto es lo que dicta la Constitución, pero es pura mierda.

Marx dijo: “La lucha de clases es el motor de la historia”, también decía que en el momento en que la prole, los pobres, los necesitados, los esclavos, los sin derecho, el verdadero pueblo, se rebele ante el sistema el mundo va a encontrar la verdadera paz. Habla de la Dictadura del Proletariado, a muchos les asusta la palabra “Dictadura”, el “Capitalismo” uso esa palabra para asustar al mundo y así alejarlo del Fantasma del Marxismo, lo que pasa es que la gente no se molesta en entender el significado atrás de la palabra. La Dictadura del Proletariado implica Libertad y no de opresión, es la verdadera democracia, todos seremos proletarios, todos seremos iguales, todos tendremos las mismas oportunidades y nadie va a imponerle nada a nadie, todo será de todos y nada será de nadie. La idea es tan utópica y tan difícil de entender que da miedo, y da miedo porque nos lavaron la cabeza durante mucho tiempo con la idea de que el hombre tiene que ser malo y egoísta, de que necesita orden, que para el orden se necesita disciplina y que la disciplina solo se logra con mano dura.

No voy a caer en la conspiranoía de decir que hay un régimen secreto que gobierna al mundo a nuestras espaldas, pero la mano dura es la forma en sostener el Status Quo de los poderosos. No hay un Nuevo Orden Mundial, sino gente con intereses particulares que necesitan de la opresión para poder obtenerlos. Mejor dicho, no necesitan de la opresión para obtenerlos, necesitan de los pobres para obtenerlos y de la opresión para mantenerlos. Y acá hay una de las más grandes mentiras de toda la historia, una mentira que nos dicen en la escuela, que nos meten desde chiquitos, “las revoluciones las hacen los pueblos”.

¡Qué ganas que tengo de agarrármelas contra las instituciones educativas! La educación es la principal herramienta de control que existe, pero no, no voy a hacerlo hoy, voy a hacerlo en un próximo posteo, así que maestros agárrense que ¡la próxima voy por ustedes!

Volviendo al tema, ¿Por qué digo que es una mentira eso de que las “Revoluciones las hacen los pueblos”?, bueno, manteniendo en la cabeza la frase de Marx que dije hace un ratito, pensemos en algo, ¿qué revolución tuvo como beneficiarios a los más necesitados, a los sin derechos?. Voy a usar 3 revoluciones importantes para demostrar el punto.

Primero, la Revolución Francesa, la cual motivo las guerras independentistas en América. Esta no fue una revolución popular, fue una revolución burguesa. Fueron los burgueses los que se levantaron, claro que utilizando a la prole como punta de lanza, fueron los burgueses los que tomaron el poder de Francia, ellos son los únicos que se beneficiaron, la pobreza siguió, la burguesía educada logró engañar a la prole ignorante, “Libertad, igualdad y fraternidad” era lo que se promovía, claro que únicamente para hombres blancos, educados de más o menos 30 años, no hubo una revolución, hubo un cambio de titiriteros. Sigamos con la Revolución Rusa, en la cual los soviets se levantaron en contra del régimen opresor zarista, utilizando la bandera del comunismo como estandarte y a los obreros como soldados, un régimen igual de tirano se levanto, cambiaron la figura del Zar por la figura de Stalin, no hubo ninguna dictadura del proletariado, solo hubo una dictadura. Por último, quizá una de las más grandes mentiras de nuestra historia, la Revolución de Mayo. ¿Cuál es la frase más llamativa de “nuestra Revolución”? “El Pueblo quiere saber”. ¿Alguien me puede explicar en qué clase de revolución popular el pueblo no sabe que se está rebelando?, la Revolución de Mayo, no fue una revolución, sino que apenas fue un traspaso de poder, sólo una minoría quería un cambio, el resto quería “guardarle” el poder a la Corona Española hasta que pueda volver a asumirlo. Pensaran, “por suerte no se lo devolvieron”, pero fue casi lo mismo, el poder se lo dieron a los latifundistas, a la vieja (en ese tiempo nueva) Oligarquía.

Párrafo aparte para este tema, la historia Argentina es tan particular, tan rara, tan retorcida, que no hay una sola, sino varias Historias Argentinas y casi todas ciertas, voy a tratar de ser lo más objetivo posible para desarrollar esto, espero no herir susceptibilidades y que tengan la cabeza un poquito abierta para entender esto.

Supuestamente desde 1816 somos un país libre y soberano, pero es curioso que recién hasta la década de 1860 no fuimos un país unificado. Más curioso aún que hasta 1912 no tuvimos una Ley que nos garantice la democracia electoral, y más curioso aún que no fue hasta el primer gobierno Peronista que no hubo una democracia real. ¿se acuerdan cuando dije que tengan la cabeza un poquito abierta? Bueno, era por esto. Perón es un personaje muy discutido, se lo odia o se lo ama, tiene sus cosas buenas y tiene sus cosas malas, hay motivos para amarlo y motivos para odiarlo, ambos igual de validos. Unos dirán que Perón uso a la masa para asegurarse el poder y otros dirán que Perón guió a la masa a la libertad, esas son opiniones, y en la historia no hay lugar para opiniones, lo importante es lo que pasó, y lo que pasó fue que el pueblo cobro protagonismo. Fueron las masas obreras, los estudiantes, los maestros, los intelectuales, los oligarcas, todos los que forman un país los que salieron a defender sus ideales. Los “cabecitas” empezaban a reclamar lo que se les debía desde siempre, empezaron a copar la Plaza sabiendo lo que pasaba, ¡después de casi un siglo y medio el pueblo por fin sabía! Ya la frase no era “el pueblo quiere saber”, la frase era “el pueblo quiere participar”.

Y el pueblo participó, pero eso no le gustó a la vieja Oligarquia. Las estructuras del poder establecido se empezaron a tambalear, se necesito mano dura para volver al orden, ¿y quiénes era el propietario de la mano dura en esa época? Si, adivinaron, las fuerzas armadas, por eso se recurrieron a ellos, así se bajo a Perón del gobierno y empezó una época de falsa democracia, proscripciones políticas, gobiernos de factos y dictaduras. Pero a pesar de todo, no se pudo parar al pueblo que tenía hambre de libertad. La libertad es una droga muy adictiva, una vez que se prueba no se la puede dejar. Una vez más se necesitaba “orden”, para poder imponerlo tenían que recurrir al padre de la bestia, así que Perón vuelve al escenario, pero ¿qué pasa ahora?, el General estaba viejo, no era el mismo que antes, o mejor dicho, se mostro como realmente era, un Militar Argentino, una persona que sirve al Estado, y no iba a permitir que nadie altere el poder Estatal, ni siquiera el pueblo, así que “traicionó” a su gente, echo a los “Monto” de la Plaza. Pero no confundamos, en Argentina hay 2 poderes que están en conflicto, el poder Político y el Poder Económico, y el Pueblo siempre es el rehén. Con la muerte de Perón el Poder Político se debilitó lo suficiente como para que el Poder Económico se levantara, y lo hizo.

Cuando el Poder Económico se levanta, ya no son los ideales y los valores los que mueven al mundo, sino que son el dinero y los precios los que lo hacen. Los ideales y las luchas fueron calladas, se persiguió a todo aquel que se animará a pensar, a soñar, a querer libertad. Se terminó de matar a la democracia. El pueblo ya no quería participar, ya no quería saber, solo quería pasar desapercibido. Ese fue el principal triunfo de la Oligarquía, del Poder Económico, ahora solamente podes ser “libre” si podes comprar esa libertad. Tu libertad es tan grande como lo sea tu cuenta bancaria. Se dice que con Alfosín volvió la democracia, pero… ¿Qué clase de democracia volvió? Una democracia con un sistema educativo en crisis, donde van a la escuela quienes pueden y no quienes quieren, en donde el acceso a la salud es solo para unos pocos, donde las fabricas cierran y las villas crecen, donde un pueblo mira para otro lado cuando hay un chico durmiendo en la calle, una democracia donde la gente se muestra indiferente ante sus genocidas y represores, eso no es una democracia, sigue siendo una dictadura, la Dictadura de la Indiferencia. El pueblo ya no quiere participar, el pueblo ya no quiere saber, el pueblo quiere vivir en una burbuja.

Lo malo de las burbujas es que se revientan, y eso es lo que paso, la burbuja se reventó. En los ’90 el país se dividió en 2, “el pueblo” y “los negros”. El pueblo son todos aquellos que no sufrieron las privatizaciones, la hiperinflación, ni la convertibilidad, el autodenominado pueblo estaba compuesto una clase media hipócrita y tilinga, ¿por qué hipócrita y tilinga? Porque son pobres que se creen de clase alta. Es gracioso que discriminan a los más pobres creyendo que así los más ricos los van a aceptar, pero de la misma forma que ellos discriminan son discriminados. Los negros, por otro lado, son los excluidos son las personas que se empezaron a quedar sin trabajo en los `70 debido a las políticas neoliberales, son aquellos que perdieron lo poco que les quedaba con la hiperinflación, son aquellos que nunca vieron trabajar a sus abuelos, o a sus padres y que no podían conseguir trabajo, aquellos que se resignaron a no tener nada. Prestemos atención a esto último, los que no tienen nada, no tienen nada que perder, y si no tenés nada que perder no tenes miedo, no te importa nada, podés salir a robar, a matar, a morir, terminar preso puede llegar a ser mejor que vivir en una casilla; tampoco tenes interés en ayudar a una sociedad que te abandonó. Esto es esencial para entender qué pasó en el 2001.

Los ’90 terminaron el 20 de Diciembre del 2001, terminaron con una Revolución de Mentira, una vez más en los medios se mostraban a los pobres asaltando supermercados, escenas con música dramática, ¡el caos total! Pura mierda, algunos focos de gente movida por ya sabemos quién (evito nombrarlo, pero todos sabemos de quién hablo) saquearon supermercados chinos para tratar de justificar lo que seguía como una “revolución popular”. Lo que movió a la rebelión y los cacerolazos no fue la necesidad de los pobres, fue que a la clase media le pincharon la burbuja, le tocaron el bolsillo. “Los negros” no tenían nada que perder, ni nada que ganar, no importa si estaba De la Rua, Menem o cualquier otro, iban a seguir en la pobreza, en cambio, “el pueblo” tenía todo para perder, ya no se podían ir a Miami y pedir el 2x1, los iban a reducir a negros, así que reaccionaron por un tiempo. “Que se vayan todos” decían, “la culpa es de los políticos que son todos chorros”, idiotas, ¿no se dan cuenta que la culpa es suya, es nuestra, por mostrarnos indiferentes?

Ya era tarde para hacer algo, la cagada estaba hecha, la democracia tenía que activarse una vez más, y lo hizo, aunque pocos se dieron cuenta de eso. Esta vez no eran las urnas las que reflejaban la voluntad popular, “piquete y cacerola, la lucha es una sola”, ¡jajaja! Perdón que me ría, pero me causa gracia. Los piquetes y las cacerolas fueron aliados hasta que a las cacerolas se les reconstruyo la burbuja, después, volvieron a dejar de lado a los negros. Las cacerolas son los que ahora se quejan porque van a llegar 30 minutos tarde, son los que dicen “¿para qué quiero que el hospital y los colegios públicos funcionen si yo puedo pagar una prepaga y una escuela privada?”. Es así, la “clase media”, es Tilinga, son los que sólo les interesa su culo, y te van a hacer creer que te están ayudando cuando en realidad es al revés.

No siempre fui partidario de los Kirchner, en un principio estaba en contra, pero fue durante su gestión que me empecé a interesar de lleno en la política. Estaba en el secundario cuando empecé a militar por la mejora de escuela pública, cuando empecé a notar que había algo que estaba cambiando. Con el correr del tiempo me di cuenta que había más gente como yo, gente que buscaba un cambió, y fue recién con la Ley de Medios que me di cuenta que del otro lado se estaba motivando la participación del pueblo en la política, fue cuando terminé de convencerme de qué lado tenía que estar y no era justamente del lado de los grandes medios, ni de las cacerolas del campo, tenía que estar en la vereda de en frente. Por eso ahora digo ¡Gracias Néstor, Gracias Cristina por devolvernos la democracia!.

Muchos dirán que vivimos en una dictadura, que no hay libertad de expresión, que no los dejan hablar, que los quieren silenciar. Estas personas son los enemigos de la democracia, es el Poder Económico que está en retroceso (y también algunos de la “izquierda” egoísta a la cual no le gusta que le roben las banderas). A ellos les digo que se equivocan, no es que los quieren silenciar, no es que no los dejan hablar, es que hoy hay más voces. Antes solo se escuchaba solo una campana, ahora están sonando varias, y las campanas de libertad siempre van a sonar más fuerte que las campanas de la opresión, y eso es lo que pasa, nuestras voces están haciéndose escuchar por sobre las suyas.

Al parecer, una vez más me fui por las ramas, yo sabía que iba a pasar esto, empecé con una idea específica y termine hablando de otras cosas, me deje llevar, una idea concreta terminó convirtiéndose en una clase de historia. Pero bueno, para terminar voy a retomar la idea principal del texto, lo que quería expresar desde un principio.

Hoy estamos ganando la democracia, la verdadera. Y como les dije en un principio, la verdadera democracia no es ir a votar cada 2 años, sino es participar. Democracia es lo que hacen los pibes que toman los colegios y hacen marchas para reclamar sus derechos, democracia es un chico de la villa compartiendo pupitre con uno de recoleta en una escuela pública, democracia es poder ir a un hospital público y que puedan atenderte, democracia son los actos en las plazas, democracia es el Bosque de Palermo lleno de chicos el día de la primavera, democracia es gente haciendo voluntariado para pintar colegios, para ayudar a la gente que vive en la calle, para divertir a chicos que perdieron todo, democracia es trabajar porque te gusta y no porque no te queda otra, democracia es poder quejarte de lo que no te gusta y poder festejar lo que si, democracia son las paredes blancas pintadas con frases muy grandes como para estar escritas en un pedazo de papel, democracia es poder ser facho y decirlo, pero también es ser zurdo y no dejar que el facho te pase por arriba. Democracia es participar. Democracia es poder ser uno mismo y no lo que los demás pretenden que seas.

Olvídense de “el pueblo no gobierna ni delibera sino a través de sus representantes”, eso es cómo funciona el Estado, sigan votando, pero voten a gente que les permita salir a expresarse, a gente que los invite a participar, gente que no le quite a los más pobres para dárselo a los más ricos. Para poder ser un pueblo verdaderamente libre tenemos que ser un pueblo Solidario, Justo, Apasionado, Trabajador, tenemos que ser un Pueblo Militante. Uno puede elegir entre ser un militar que sigue órdenes o un militante que sigue ideales. Si elegís ser un militar, después no te quejes cuando te ordenan ir al frente a morir por algo que no te representa.

Estamos en un año electoral, ya pasaron las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires, ganó la anti política, ganaron un par de globos, perdió la democracia. El voto es el arma que nos da el Estado para cambiar las cosas, pero es un arma de juguete, la verdadera y única forma de cambiar las cosas es preocupándose, es conociendo, es participar. No esperen que alguien de arriba cambié las cosas, salí, reúnite con gente que piense y sienta como vos y salgan a cambiar al mundo, no dejen que el mundo los cambie. Todavía hay mucho por hacer, pero como dice la canción de Attaque 77, “podrán pasar mil años, verás muchos caer, pero si nos juntamos, no nos van a detener”

Muchos de los que leerán esto seguro pensaran que soy un pendejo que no sabe nada de la vida, pero no me importa, yo soy libre, tengo mis valores y no tengo precio, tengo mis ideas, tengo mis metas, tengo la suficiente humildad para aceptar mis errores y tengo la valentía para arreglarlos. Hoy estoy apoyando un movimiento político con el cual me siento identificado, y tengo un enemigo a quien combatir, pero eso no quiere decir que mañana siga estando igual, puedo cambiar, ellos pueden cambiar, mis aliados y mis enemigos pueden cambiar, el mundo pueden cambiar, lo que nunca va a cambiar es mi hambre de libertad y mi espíritu de lucha. Y esto es un favor que les voy a pedir a ustedes mis queridos lectores, el día que vean que pierda mi fe en la lucha, péguenme un correctivo y si no logran hacerme reaccionar, mátenme, no quiero vivir rendido al lujo y la conformidad.


¡Hasta la Victoria Siempre!




"Cada Corazón es una Celula Revolucionaria"
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